La
elaboración de objetos en cerámica es un importante referente cultural de la
gente siona que habita la cuenca media del majestuoso río Putumayo, afluente
del río Amazonas y frontera natural de Colombia con Ecuador y Perú. El barro
con el que se fabrican las cerámicas se recoge en las riberas, especialmente en
verano, cuando los caudales descienden. El material se mezcla con arenas y
ceniza, luego se seca al sol, se decora con arcillas de diferentes colores y, por
último, se cocina a fuego lento.
La
transmisión de esta alfarería se encuentra en declive debido, entre otros factores,
al intenso proceso de colonización y al desplazamiento forzado de muchas
familias a las periferias urbanas; sin embargo, algunas mujeres mayores
continúan moldeando ollas para cocinar, vasijas para guardar ají y tinajas para
conservar el agua.
La antropóloga Jean Langdon, que investigó la medicina siona a principios de
los años setenta, en su informe llamado “La producción de ollas” (1973[i])
identificó estas copas como “cálices” y señaló su uso por parte de los curacas
(líderes espirituales) en las tomas ceremoniales de yagé.
La semejanza de esta copa con el cáliz eucarístico deja ver cómo, pese a
la política del Estado de inculcar educación a los habitantes de la Amazonia por
intermedio de misioneros franciscanos, jesuitas y capuchinos, los curacas siona
incorporaron elementos del simbolismo católico, pero conservando sus
conocimientos y rituales para curar mediante el uso de
plantas del bosque húmedo amazónico.
[i] Langdon, E. J. (1973). La
producción de ollas de los Siona (informe de investigación editado), disponible
en: https://coleccionetnograficaicanh.wordpress.com/ En: Artículos Etnográficos de los siona: la
producción de ollas [versión completa e inédita]. Bogotá: Biblioteca Instituto
Colombiano de Antropología e Historia.