Repensar
el Museo
Por: María VIctoria de Robayo, directora del Museo Nacional de Colombia
Publicado originalmente en Lecturas del diario El Tiempo.
¿Cuál debe ser el papel
del Museo Nacional de Colombia en el siglo XXI? Esta es la pregunta orientadora
del trabajo que el equipo del Museo ha desarrollado desde hace cuatro años,
cuando alentados por la Ministra Mariana Garcés y bajo la orientación de un
comité asesor interdisciplinario y varios asesores extranjeros de reconocida experiencia, nos
dimos a la tarea de renovar las salas de exposición del Museo Nacional de
Colombia.
Desde el año 2000,
a raíz de una serie de mesas de trabajo organizadas para la formulación del
Plan Estratégico, el guion o la narrativa de país del Museo Nacional pedía
ser revisado. En ese momento, los académicos participantes en el foro Museo, Memoria y Nación hicieron
evidente la necesidad de presentar la diversidad étnica y cultural en la narración
del Museo. Durante los años siguientes a este encuentro, la tarea de inclusión
se desarrolló a través de exposiciones temporales, intervenciones y actividades
académicas, pero no llegó a reflejarse en las salas de exposición permanente de
manera integral.
Estamos convencidos de
la necesidad de incluir múltiples voces e iniciar un trabajo a la luz de la
constitución del 91 en la cual se reconoce a Colombia como país laico,
pluriétnico y multicultural y se proclama la libertad de cultos, creencias y lenguas. Así mismo, sabemos
que es necesario actualizar la forma de comunicarnos con los visitantes a
través de lenguajes contemporáneos que se sintonicen con los públicos jóvenes.
Esto implica
replantear la estructura narrativa del Museo: pasar de un recorrido lineal cronológico
a uno que permita poner en diálogo las colecciones, con el fin de hacer un
recuento del proceso de formación de la Nación en su complejidad. Se decidió, en
el seno del comité, organizar el nuevo relato por salas temáticas que
presentarán los aspectos sustanciales de la historia del país: el territorio, sus recursos
naturales, procesos sociales, derechos y ciudadanías, religiosidades y lenguajes
de creación, entre otros. El Museo
representará cada uno de los temas a través de las distintas miradas de las
colecciones de arte, arqueología, etnografía e historia.
Como lo han hecho
muchos museos en diferentes lugares del mundo, planteamos la posibilidad de
presentar a los visitantes múltiples lecturas de los fenómenos culturales y
sociales del país, centrados en las colecciones, pero convencidos de la
necesidad de incluir en el relato personajes y procesos que no habían sido
visibles. Esto será posible en parte, gracias a las herramientas que brindan las
nuevas tecnologías multimedia. Durante todo este proceso, las curadurías han
trabajado en estrecha relación con los equipos de diseño y montaje, buscando
llegar a los públicos a través de una puesta en escena que conmueva
e invite a la reflexión.
Es así como después tres
años de conceptualización, investigación, trabajos de actualización tecnológica y adecuación de
espacios, se abrirá en octubre la primera sala transformada que llevará el
nombre de Memoria y nación y presentará
una síntesis de los temas que se desarrollarán de manera más amplia en el resto
del Museo. Esperamos que la nueva sala sea un espacio que invite a la reflexión
sobre la compleja historia colombiana, que permita dar una nueva mirada al país
y que constituya un aporte al proceso de reconciliación. Tenemos la certeza de
que los museos, como lugares de memoria y espacios de reconocimiento tienen un
papel definitivo en la construcción de la paz y podrán contribuir de manera
significativa en la coyuntura del
posconflicto. Consideramos que ésta es la principal justificación para repensar
el Museo.