El Museo Nacional de Colombia lamenta profundamente el fallecimiento de Emma Araújo de Vallejo, Directora de esta institución entre 1974 y 1982.
En nombre de su actual Director Daniel Castro Benítez, todo el equipo de trabajo del Museo y Mario Pacheco Cortés, Presidente de la Asociación de Amigos del Museo Nacional de Colombia expresamos nuestras más sentidas condolencias a sus familiares, amigos y colegas del entorno museal colombiano.
In memoriam
El Museo Nacional de Colombia rinde homenaje a Emma Araújo de Vallejo (1930-2019), por medio de uno de los textos escritos por Marta Traba en el año de 1983.
Por el Museo Nacional y para Emma Araújo
El Museo Nacional ha sido siempre para mí, mientras viví en Bogotá y cuando volví periódicamente, uno de los lugares más gratos para escapar del ahogo de la vida cotidiana y encontrar el sitio tranquilo donde es posible pensar, sentir, informarse, abstraerse. [… El Museo Nacional dirigido por Teresa Cuervo Borda] fue, por años, mi primer museo, por donde vagué admirando la fuerte estructura del panóptico, aprendí a admirar a Santamaría, y gocé con las cajitas absurdas metidas en las vitrinas. Mi segundo Museo fue el que dirigió Emma Araújo de Vallejo. Llegué cuando la remodelación dirigida por Dicken Castro y el montaje de Jacques Mosseri ya estaban adelantados. Algunas áreas eran irreconocibles; allí donde se amontonaban las vitrinas se había despejado el espacio; colgado e iluminado apropiadamente los cuadros; repintado las paredes y los techos, con el buen gusto y la pericia característica de los dos arquitectos citados. Avelino se había muerto, pero las honorables señoras cuidadoras seguían siendo un patrimonio del Museo; en la modernización, desaparecieron las galletitas de las monjas pero no el buen café. Emma Araújo, a quien yo conocía tan bien como para saberla capaz de identificarse con el trabajo a realizar, estaba sumergida en los siglos XVIII y XIX, pero mantenía una lúcida relación con el XX a través de su especial atención por el Museo como centro de pedagogía, particularmente infantil. Como moderna ejecutiva que es, Emma Araújo hizo lo mismo que Gloria Zea, la directora de Colcultura que la nombró; se rodeó de gente experta, tanto en historia, museografía y archivos, como en artes plásticas. Los objetos fueron reclasificados, muchos inventariados correctamente por primera vez, y expuestos de acuerdo a su importancia. La comisión de expertos en artes plásticas, formada por Barney Cabrera, Gil Tovar, Luis Alberto Acuña, Eduardo Serrano, Dicken Castro y Beatriz González (imposible hacer un comité más acertado) seleccionó las obras para la colección permanente, y las demás fueron a depósito, destinadas a exhibirse parcialmente y cuando fuera necesario. Estos movimientos, que son los normales de todo Museo, han suscitado tardíamente, y sin razón alguna, la torpe crítica de quienes creen, con el criterio retardatario que echa todo a perder en nuestros países, que un museo es un panteón y no un lugar dinámico, programado continuamente para prestar un servicio informativo y cultural a la comunidad. Durante el período dirigido por Emma Araújo el Museo prestó ese servicio a fondo. […] Porque la conozco y sé muy bien el calibre de su capacidad de trabajo, quiero elogiar su gestión al frente del Museo Nacional, consiguiendo que éste pasara de ser un baúl de las abuelas a convertirse en un verdadero museo. Hablo por instrumentos, como dice Salcedo con su chispa característica, pero tal vez fui más veces al museo durante el tiempo que lo dirigió Emma Araújo, que mucha gente que vive en Bogotá y nunca pone los pies en él.
Marta Traba
Artículo inédito. Bogotá, 1983
Publicado en: Museo de Arte Moderno de Bogotá (1984). Marta Traba. Bogotá:
Planeta Colombiana Editorial S.A.: 6-7.