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El vuelo de El Mochuelo, una de las exposiciones más visitadas en la historia del Museo Nacional de Colombia

 




La exposición se presentó en Bogotá, como parte de la celebración de los 200 años del Museo Nacional de Colombia. En total, recibió a 66 151 personas entre el 15 de junio y el 17 de septiembre de 2023.

 

Bogotá, D. C., 28 de septiembre de 2023. En sus 200 años, el Museo Nacional de Colombia ha buscado reconocer el papel transformador de los museos del país y su influencia como constructores de paz. Por eso, entre el 15 de junio y el 17 de septiembre de 2023, se expuso el pabellón móvil del Museo Itinerante de la Memoria y la Identidad de los Montes de María –El Mochuelo–, el cual ha tenido un gran impacto comunitario por su liderazgo en la búsqueda de la transformación social en el Caribe colombiano.

Así surgió El vuelo de El Mochuelo. De los Montes de María a Bogotá, una exposición temporal que buscó reconocer a un museo que encarna el sentido transformador del trabajo comunitario, a través de las memorias, la visibilización de las resistencias en el territorio y la recuperación de los proyectos de vida perdidos durante el conflicto armado en los Montes de María.

La exposición recibió un total de 66 151 visitantes. Esta cifra convirtió a esta muestra en una de las más visitadas en la historia del Museo Nacional de Colombia. “Fue importante haber visibilizado al Museo Itinerante de la Memoria y la Identidad de los Montes de María, en el marco de la celebración de los 200 años del Museo Nacional de Colombia. Era clave entender que dicha celebración no debía centrarse sólo en Bogotá, sino en los museos del país. Haber presentado El Mochuelo nos permitió concretar ese propósito", sostuvo William López, director del Museo Nacional de Colombia.

Además, William López afirmó que ésta “fue la oportunidad para dignificar el trabajo museológico y comunitario de un museo paradigmático en América Latina, como El Mochuelo. También fue una ocasión propicia para dar a conocer sus procesos en la configuración de futuros, a partir del trabajo con la memoria histórica, la reconciliación, la restitución de comunidades y sujetos".

Por su parte, Soraya Bayuelo, directora del Museo Itinerante de la Memoria y la Identidad de los Montes de María, considera que El Mochuelo se llevó de su itinerancia en Bogotá “el cariño de la gente, su alegría, su asombro y las ganas de seguir apoyando este proceso que construye la paz".



Oferta cultural para los visitantes

Durante la presentación de El vuelo de El Mochuelo. De los Montes de María a Bogotá se presentaron 24 actividades culturales que disfrutaron 1286 personas. La oferta cultural de la exposición estuvo conformada, entre otras actividades, por los pregones de la agrupación musical Son de la Provincia, que se presentó en la Sala de Exposiciones Temporales del Museo Nacional de Colombia, en la Casa Museo Quinta de Bolívar, Museo de la Independencia–Casa del Florero, el Museo Colonial y la Biblioteca Nacional.

De igual manera, con el apoyo de la Facultad de Artes y Humanidades de la Universidad de los Andes, se llevaron a cabo los círculos de la palabra, un ciclo de encuentros que abordó la soberanía alimentaria en los Montes de María, el legado cultural de los juglares montemarianos y las acciones de paz emprendidas por las diferentes poblaciones del territorio.

Además, se ofrecieron 3542 servicios educativos (talleres y visitas comentadas por la exposición), en los cuales participaron 38 098 personas. ​


¿Qué se podía encontrar en la exposición?

El pabellón móvil del Museo Itinerante de la Memoria y la Identidad de los Montes de María se presentó por primera vez en Bogotá, luego de haber tenido ocho itinerancias anteriores en lugares como Cartagena, El Carmen de Bolívar, San Juan Nepomuceno, Córdoba (Tetón), San Jacinto y Chalán.

 

La galería de El Mochuelo, que anidó en la Sala de Exposiciones Temporales del Museo Nacional de Colombia, agrupó seis temas:

• Territorios y memorias: esta sección brindó un contexto histórico y geográfico de los Montes de María y su transformación durante los ciclos incesantes de violencia. En esta parte de la exposición, se recordaron algunas masacres, como la de Las Brisas, El Salado y Los Guáimaros, desde la voz de sus sobrevivientes, quienes explicaron las gestas emprendidas en medio del dolor para que nada de ello vuelva a ocurrirle a nadie.

• Identidad cultural: las alas de El Mochuelo representaron la libertad que brinda la cultura para transformar, desde la narración, la vida en los Montes de María. Aquí se evidenció la potencia de la cultura intangible y material montemariana, a través de las narraciones del territorio que la guerra no pudo callar y que encarnan grandes cultores como Lucho Bermúdez, Andrés Landero, Petrona Martínez, Los Gaiteros de San Jacinto y Adolfo Pacheco Anillo.

• Memoria del conflicto: en esta sección se recordaron los hechos violentos ocurridos en el territorio de los Montes de María y su diálogo con las memorias del territorio anhelado. En un viaje sensorial, se escucharon las historias que narran cómo la solidaridad y la organización han sido los legados con los cuales las comunidades intentan reconstruir sus vidas.

• Memorias del corazón: aquí se encontró el Panel de las Resistencias, donde se destacaron las historias de vida y liderazgos de hombres y mujeres que han recuperado su voz política en los Montes de María, a pesar de la imposición del silencio mediante la violencia. En su centro, El Árbol de la Memoria honró a quienes ya no están en el territorio y, a su vez, alentó su memoria como semilla de vida, paz y esperanza.

• Más allá del dolor: esta sala dio lugar a un recorrido por los retratos de la memoria y las historias de vida de las mujeres y jóvenes con los pies en la tierra. Esta actividad permitió que el público se sumergiera en la resiliencia, resistencia, re-existencia y valentía de las mujeres montemarianas que sostienen la palabra y la vida como acción transformadora desde sus organizaciones y a través del diálogo de saberes y la trasmisión del conocimiento a las nuevas generaciones.

• Patio de juegos: esta fue una alegoría en torno a los ranchos de palma que aún hoy prevalecen en las casas y donde tienen lugar el encuentro familiar, la celebración y la conversación en un ambiente de confianza. En esta sección se expusieron también los juegos tradicionales de la región, con los que se incentiva la convivencia pacífica, tales como la bolita 'e uñita (canicas), la peregrina (golosa o avión), el trompo, arranca yuca y la marisola.

 

 

Más información para medios de comunicación


Liliana Matos Zaidiza
Asesora de comunicaciones Museo
Nacional de Colombia
[email protected]

 

Felipe Lozano Ortega
Coordinador de Comunicaciones
Museo Nacional de Colombia
[email protected]

 


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