El edificio de la antigua penitenciaría de Cundinamarca, inspirado en el diseño del británico Jeremy Bentham, permitía controlar desde un punto central el movimiento de los presidiarios por medio de una construcción circular. Esa cárcel, actual sede del Museo Nacional de Colombia, cuenta con este espacio denominado “la rotonda”, que posibilita una mirada panóptica de 360 grados.

Aquí se puede observar con atención algunas de las obras de gran formato que pertenecen a la colección del Museo Nacional de Colombia, donde intereses narrativos y plásticos de nuestro arte reflejan el espíritu de la época en que se crearon. Cada esquina presenta dos obras asociadas a un tema específico, y en la parte superior, cuatro opciones identificadas con los puntos cardinales, que tienen como eje un interés espiritual. Este conjunto, que reúne obras desde la época de la Colonia hasta finales del siglo XX, invita a establecer conexiones, encontrar diferencias y proponer relaciones entre las pinturas exhibidas.​

Esta sala tiene el propósito de fortalecer el diálogo creativo entre las obras que alberga el museo, concebidas desde la creatividad de artistas y artesanos. Además de las obras de arte, se encuentran objetos que han sido fabricados con otras funciones, como la distinción histórica o el ejercicio ritual. Las conexiones entre los diferentes objetos se establecen de múltiples maneras. El hecho de que haya una pieza junto a otra, aparentemente sin tener nada en común, invita al observador a encontrar posibles conexiones de sentido entre los objetos.