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Pieza del mes, abril 2014

Carolina Cárdenas
El Estado premia con una bellísima medalla a las mujeres que han dado más de veinte hijos a la patria. 
1932
Lápiz sobre papel
24,7 × 34,4 cm
Reg. 7641

“Carolina Cárdenas, que hoy se nos revela como ceramista, es también pintora y dibujante de exquisita calidad, y su orgullo de verdadera artista y un desmesurado respeto en lo que al arte se refiere no permitían que se llamara la atención hacia esta actividad en la que encontró campo para la exteriorización de su sensibilidad”. 

Nota de prensa en revista Pan, Nº 7, 1936.

Entre las actividades en las que sobresalió el grupo de artistas que trabajó durante la década de los treinta, el historiador Álvaro Medina realza el peculiar interés que tuvieron por ampliar y extender los valores y la utilidad del dibujo lineal, más allá de la esquematización funcional o del boceto. De hecho, frente a la obra de aquellos artistas que lo utilizaban como un arte subsidiario, varios nombres se impusieron como alternativa. Entre éstos se destacaba el de Carolina Cárdenas, quien consideraba que “la línea poseía vida y expresión, y que su importancia no era menor que la del asunto o tema” que hay que representar[1].

Para Medina, los dibujos de Cárdenas podían distinguirse con facilidad gracias a que “presentaban un trazo expresionista que no sólo era excepcional sino firme y desenvuelto”[2]. Por su parte, la historiadora Carolina Vanegas añade que la mayor parte de la producción en dibujo de Cárdenas corresponde a una labor profesional orientada hacia la ilustración.

Fue tan riguroso el trabajo de la artista en esta área que incluso llegó a implementar un método basado en el manejo de las posibilidades expresivas y de multiplicación de la imagen que le ofrecía la repetición de un mismo motivo. Dice Vanegas que Cárdenas solía trabajar a partir de “un motivo, que copiaba en un segundo soporte para sintetizarlo y así varias veces, muchas de ellas en papel mantequilla para agilizar el proceso”. A partir de este procedimiento, la artista podía obtener “la creación de una nueva imagen de línea precisa que luego pasaría a tinta para entregarlo al que se lo encargaba”[3]. 

Hay que destacar aquí la diferencia que introducía Cárdenas en este método de trabajo con respecto a los que aprendió en la Escuela de Bellas Artes. Al contrario de la valoración que se tenía en aquel centro de estudios por el estudio del natural y la producción de imágenes apegadas a la reiteración de cánones clásicos, la artista contraponía en su labor profesional el estudio y análisis de procedimientos evidentemente modernistas, como el manejo de la imagen hecha en serie. Sobre este particular, Vanegas asegura que uno de los resultados del método de Cárdenas fue el manejo de composiciones a partir de recuadros, un recurso de amplio recibo en la ilustración que permite encontrar, en este caso, un claro interés por expandir las herramientas del dibujo tradicional volumétrico o de carácter preliminar[4].


Por otro lado, su trabajo como dibujante recibió varias muestras de aprobación por parte de quienes estuvieron muy cerca de ella, aunque quizá por esa misma situación su obra no la conoció un público más amplio sino hasta mucho después de la temprana muerte de la artista. Uno de sus colegas más cercanos decía sobre este grupo de obras que “al lado de las madonas y los niños felices, las escenas de campo, las muñecas y los peces, no olvidaste el rasgo cruel, la nota irónica, el trazo mordaz y rotundo de crítico y filósofo penetrante”[5].

En un dibujo como El Estado premia con una bellísima medalla a las mujeres que han dado más de 20 hijos a la patria, puede apreciarse la poderosa sátira a que hacía referencia Trujillo en su comentario sobre la obra de Cárdenas. Se trata, de hecho, de una nueva manera de asumir la definición tradicional de feminidad que le exigía la sociedad colombiana a sus ciudadanas. Para la investigadora Cristina Lleras, “este dibujo está realizado en pocas líneas sintéticas y se acerca al lenguaje publicitario utilizado en ese momento, también emparentado con la caricatura”[6].

Así mismo, en esta artista se evidenciaba un carácter pionero a distintos niveles. Por ejemplo, algunos la consideran la introductora de la abstracción geométrica en el país. En palabras de Álvaro Medina, “los pequeños bocetos de Carolina Cárdenas para pinturas abstractas geométricas deben ser considerados como las primeras experiencias de este tipo en Colombia”[7].​


​​​​

Carolina Cárdenas

Sábado.

1932   

Lápiz sobre papel

21,5 × 27,5 cm          

Reg. 7642

 

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Cano Cardona, Francisco Antonio (1865/1935)                  

Carolina Cárdenas Núñez            

1930      

Pintura (Óleo / Tela)      

100 cm x 75 cm 

No. Registro 3805


 

 









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​​​​​​​
Visita especial Pieza del Mes

Tú, que deliras

Por Andrés Arias

escritor y periodista

Entrada libre​​​

 




[1] Álvaro Medina. El arte colombiano de los años veinte y treinta. Bogotá: Colcultura, 1995, p. 215.

[2] Ibíd.

[3] Carolina Vanegas. “El contexto artístico y la obra de Carolina Cárdenas”, en Carolina Cárdenas, 1903-1936. Catálogo de la exposición. Bogotá: Museo Nacional de Colombia, 2005, pág. 27.​

[4] Ibíd.

[5] Sergio Trujillo Magnenat. “Carolina Cárdenas”, Pan,  N.º 7, febrero-abril. Bogotá, 1936, p. 25.

[6] Cristina Lleras. “Carolina Cárdenas. El arte desafía lo doméstico”, en Carolina Cárdenas, 1903-1936. Catálogo de la exposición. Bogotá: Museo Nacional de Colombia, 2005, pág. 19.

[7] Medina, Op. Cit, p. 221.


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