CONMEMORANDO 60 AÑOS DEL VOTO FEMENINO
Revista Semana
Esmeralda Arboleda Cadavid y Josefina Valencia de Hubach, miembros de la Asamblea Nacional Constituyente (ANAC), en el Acto Legislativo Nº 3 de 1954, reformatorio de la Constitución Nacional por el cual se otorga a la mujer el derecho activo y pasivo del sufragio.
1954
Copia en gelatina (emulsión fotográfica/papel)
18,8 × 19,6 cm
Reg. 5730
La pieza del mes de febrero es una fotografía en la que aparecen
Esmeralda Arboleda Cadavid (1921-1997) y Josefina Valencia Muñoz (1913-1991)
cantando el himno nacional. La imagen fue tomada durante el Acto Legislativo Nº
3 de 1954, en el cual se reconocieron los derechos políticos de las
colombianas. Ambas mujeres sobresalieron en el ámbito público tanto por su
participación en el movimiento sufragista como por su destacada carrera
política. Josefina Valencia fue nombrada gobernadora del Cauca en 1955 –convirtiéndose así en la
primera colombiana en detentar una gobernación– y ministra de educación en
1956 por el general Gustavo Rojas Pinilla (1900-1975). Esmeralda Arboleda, a su
vez, fue designada ministra de comunicaciones en 1961 por Alberto Lleras
Camargo (1906-1990). La fotografía se publicó originalmente en la edición del 6
de septiembre de 1954 de la revista
Semana (vol. XVII, Nº 410) como ilustración del artículo dedicado a la
aprobación del voto femenino. La copia en papel que forma parte de las
colecciones del Museo Nacional fue donada a la institución por Sergio Uribe
Arboleda, hijo de Esmeralda Arboleda, en 2005.
Josefina Valencia y Esmeralda
Arboleda habían sido nombradas delegadas de la presidencia para la Asamblea
Nacional Constituyente (ANAC) por el general Rojas Pinilla, quien ejerció como
presidente de la república entre 1953 y 1957. La primera debía representar al
Partido Conservador y la segunda al Partido Liberal. Entre los participantes en
la ANAC, asamblea dominada por los miembros del Partido Conservador, había tres
posiciones respecto al voto femenino: oposición, apoyo a la concesión de un
derecho de voto restringido y promoción del establecimiento del sufragio
femenino en igualdad de condiciones al masculino. Pese a que esta última opción
no era la defendida por la mayoría de los delegados, la intervención del
general Rojas Pinilla condujo a que se aprobara. Aunque en el Acto Legislativo
Nº 3 de 1954 se instituyó el derecho al voto de las mujeres, éste sólo se pudo
ejercer en el plebiscito del 1º de diciembre de 1957, cuando se estableció el
Frente Nacional (1958-1974).
Si bien la participación femenina en
la ANAC se reducía a dos delegadas, la obtención de los derechos políticos para
las colombianas fue resultado de una prolongada labor de las feministas del país.
Sin contar el primer intento de establecimiento del sufragio femenino en
Colombia –Constitución de 1853 de la provincia de Vélez–, que no prosperó,
investigadoras como Norma Villarreal (1994) y Lola G. Luna (2004) han demostrado
que el proceso de consecución del voto femenino se desarrolló entre 1930 y
1957.
Este periodo se dividiría en tres etapas: una primera,
transcurrida entre 1930 y 1943, en el que se lograron avances legislativos como
la ley de 1932, que permitió a las mujeres casadas manejar sus propios bienes;
el decreto de 1933, que autorizó a las mujeres a cursar estudios universitarios,
o el acto legislativo de 1936, en el que se determinó que pudiesen desempeñar
algunos cargos estatales. Una segunda, comprendida entre 1944 y 1948, en la que
se intensificó la lucha por el voto y se produjo un auge del movimiento: en
1945 y 1946 se celebraron sucesivamente el I y el II Congreso Nacional
Femenino, se fundaron organizaciones como la Unión Femenina de Colombia (1944)
y la Alianza Femenina de Colombia (1945), y se constituyeron órganos de
expresión como las revistas Agitación
Femenina y Mireya. Finalmente una
tercera, transcurrida entre 1949 y 1957, en la que la actividad feminista
disminuyó en intensidad debido a la explosión de la Violencia (ca. 1948-ca. 1958), hasta cuando el
régimen del general Rojas Pinilla propició la consecución del derecho al
sufragio.
En el movimiento feminista colombiano, caracterizado
por su heterogeneidad, participaron socialistas, liberales y conservadoras.
Estas últimas eran aquellas que se identificaban más fuertemente con una noción
tradicional de lo femenino y que luchaban por mejorar la situación de la mujer,
sin abandonar la concepción “maternalista” de lo que debía ser su función en la
sociedad. En cambio, las liberales y las socialistas tenían en mente una noción
de “mujer moderna”, que implicaba una mujer que podía desarrollarse como
individuo en ámbitos diferentes del hogar y en actividades distintas del
cuidado de los hijos y el esposo.