La Anfitriona de diciembre, enero y febrero
Colección de Arqueología
Vestíbulo
Región arqueológica Calima, Alto Cauca
Cuenco
200 a. C.-1200 d. C. (cronología relativa)
Cerámica
9 x 16 (diámetro) cm
Cód. ICANH 49-A-49
Instituto Colombiano de Antropología e Historia, ICANH
Chamanismo, arte y geometría
Tres mundos infinitos contenidos en un cuenco
En las antiguas selvas húmedas de la región arqueológica Calima, ubicada en el alto Valle del Cauca, hubo presencia de grupos sedentarios por más de 3200 años antes de la llegada de los europeos. Los estudios arqueológicos han dividido esta secuencia de ocupación en tres grandes periodos, cada uno de los cuales marca una serie de cambios sociales y culturales; estos son Ilama (1600 a. C.-200 a. C.), Yotoco (200 a. C.-1200 d. C.) y Sonso (1200 d. C.-1600 d. C.). En las riberas de los ríos de este territorio, hubo plantas y animales que llamaron significativamente la atención de los antiguos pobladores y cuyas características quedaron representadas en su alfarería.
En la superficie externa de este cuenco de color café claro, un alfarero yotoco dejó como impronta, en forma de volutas cónicas de arcilla, las texturas de la piel rugosa y abultada de un tipo de sapo venenoso, del género bufo, cuyas glándulas cutáneas segregan una substancia irritante que sirve como un potente alucinógeno. La superficie interna del recipiente contiene una pintura negativa de motivos geométricos curvilíneos y triangulares de color negro sobre una base de engobe de color rojizo. Ambos estilos caracterizan la maestría de la cerámica fina y especializada del periodo Yotoco, en donde las tonalidades fuertes en superficies lisas contrastan con los colores suaves de las formas corrugadas.
Este cuenco, que hoy en día hace parte del acervo patrimonial del Instituto Colombiano de Antropología e Historia y de todos los colombianos, fue hallado en el recinto mortuorio de un personaje de singular importancia para la comunidad. Las características formales y estilísticas de este objeto también se han encontrado en otras vasijas con forma de sapo, lo cual indica que, durante ese periodo, hubo actividades chamánicas que involucraron la ingesta de enteógenos para entrar en estados alterados de conciencia e inducir visiones y alucinaciones. Las representaciones de estos animales también se han visto en las cerámicas más antiguas del periodo Ilama.