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Territorio y paisaje
En esta sección se busca ubicar las diferentes culturas en la geografía peruana, específicamente en la costa norte, centro y sur y en la parte central
del país. Se pretende, además, mostrar cómo cada uno de los grupos logró explotar y adaptar los diferentes medios a sus necesidades.
Es de resaltar que los grupos sedentarios organizados en aldeas con sitios
arquitectónicos ceremoniales de envergadura se desplazaban a lo largo del territorio creando intercambios comerciales, religiosos y militares entre los distintos grupos humanos. |
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Cultígenos
Los ritmos agrícolas: entre las lluvias y las sequías
Las
comunidades que se dedicaron a la agricultura realizaron ritos de siembra y cosecha durante las estaciones de lluvia y sequía. Se sabe que llevaban a cabo festivales para marcar el cambio de una estación a otra y con el
objeto de impartir un sentido de comunidad entre sus participantes. Los objetos que se presentan en esta sección fueron elaborados para tales ritos y son básicamente incensarios, poporos, vasos y vasijas con formas de los
alimentos cultivados, tales como maíz, yuca, papa, fríjol y quinua, entre otros. En las representaciones de los indígenas prehispánicos, sin importar el grupo, el maíz era considerado un regalo divino y el material a partir del
cual los dioses habían hecho al hombre.
El trabajo de la tierra requirió de un gran numero de población, debido a las difíciles condiciones del territorio y al tipo de herramientas desarrolladas y utilizadas por estos grupos.
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Criaturas y dioses En los ciclos de vida y los ritmos cotidianos de los mamíferos, las aves, las plantas y los insectos ocurren
con frecuencia transformaciones y metamorfosis que eran cuidadosamente observadas por los hombres y reproducidas en piezas como las que se exhiben en esta sección.
En muchos de los ornamentos e imágenes aparecen de manera
prominente los atributos y características principales que distinguen a los animales, pues eran cualidades que aspiraban a obtener los chamanes o servían como símbolos de poder y estatus a jaracas y sacerdotes.
Las
representaciones escultóricas de los animales fueron abundantes. Este tipo de piezas denota la sorprendente capacidad de observación de los artistas que reprodujeron hasta los detalles más pequeños con gran exactitud.
Gracias a las piezas cerámicas podemos distinguir la fauna, que abarca todas las especies del entorno de la costa, sierra y selva. Fueron representadas tanto las especies domesticadas, como aquellas que se mantuvieron en estado
salvaje, como mamíferos y ovíparos; también se hicieron figuras de moluscos y crustáceos, batracios, peces, aves e insectos.
Por las evidencias etnohistóricas, arqueológicas e iconográficas, cabe destacar la importancia que
tuvo el Spondylus (concha), molusco tropical cuyo hábitat se encuentra exclusivamente en las aguas cálidas del mar entre los 15 y 60 metros de profundidad aproximadamente.
Se creía que el Spondylus
en el pasado fue el alimento de dioses, auspiciador de lluvias, símbolo de fertilidad, poder y prestigio. Hoy en día, asume otro significado: es el símbolo integrador de los países hermanos del Perú y el Ecuador. |
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