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El maestro barroco del claroscuro
Rembrandt es considerado uno de los artistas barrocos más importantes de la historia del arte occidental. La grandeza de su nombre está asociada a su manera
vigorosa y singular de manejar la luz y la sombra para evocar una atmósfera y enfatizar el misterio, la psicología y el drama de los temas tratados. El llamado 'maestro del claroscuro' ganó su lugar en la historia gracias a su
enorme destreza técnica, que plasmó en innumerables grabados, dibujos y pinturas, caracterizados por una energía infatigable y una visión única del mundo.
El arte de Rembrandt, aunque universal y eterno, también está
firmemente arraigado en la Holanda del siglo XVII. Sus retratos y escenas de grupo ofrecen un recuerdo perdurable de los poderosos ciudadanos holandeses que los encargaron y, al mismo tiempo, sus pordioseros, campesinos, carniceros
y niñeras fueron representados con una compasión y exactitud que manifiestan la simpatía que sentía por estos personajes. El afecto que le tenía a su tierra se evidencia en los innumerables grabados que capturan con delicada
precisión los canales y los paisajes llanos y abiertos de los alrededores de Amsterdam. Incluso sus motivos bíblicos revelan una nueva aproximación filosófica: el artista no se limita a ilustrar las Escrituras, sino que ofrece su
propia interpretación de las emociones que se esconden detrás de eventos y relaciones específicos. Con su trazo, Adán y Eva se transforman de meros símbolos del Antiguo Testamento en seres reales y Cristo es a la vez una figura
humana y la personificación de la verdad. Su enfoque humanista es quizás más evidente en la extraordinaria serie de autorretratos que narran el paso de los años desde la juventud extravagante de sus éxitos tempranos hasta la
venerable reputación de sus últimos días. Rembrandt fue un artista que nunca se cansó de retratar hasta los aspectos más insignificantes de la condición humana.
Rembrandt Harmenszoon van Rijn
nació el 15 de julio de 1606 en Leiden, Holanda, en el seno de una familia de molineros. A los 14 años abandonó la universidad para dedicarse al arte, bajo la tutela del maestro Jacob van Swanenburch, en Leiden, y posteriormente con Pieter Lastman, en Amsterdam.
Lastman influyó de manera significativa en la obra de Rembrandt, ya que había permanecido dos años en Italia y, a través de él, el joven holandés conoció la obra de Caravaggio y desarrolló su gusto por los temas bíblicos.
En 1631 se radicó en Amsterdam de manera definitiva y allí se casó en 1634 con Saskia van Uylenburgh. En esta ciudad su fama se hizo grande y en su taller trabajó con un gran número de discípulos.
Entre 1635 y 1641
sufrió duros golpes familiares, ya que de los cuatro hijos que tuvo con su esposa Saskia sólo Titus, el último, sobrevivió. Finalmente, Saskia murió en 1642, y su partida sumió al artista en un profundo dolor. Posteriormente,
la niñera de Titus, Hendrickje Stoffels, se convirtió en su concubina y fue la modelo de muchas de sus obras.
El éxito de su trabajo no fue suficiente para financiar su opulenta vida. Así, de la fama y la riqueza pasó
la bancarrota, en la cual murió.
Su vida personal estuvo siempre marcada por la desgracia; en 1663 murió su amada Hendrickje y en 1668 falleció Titus. Rembrandt murió once meses más tarde, el 4 de octubre de 1669, en
Amsterdam.
La paradójica vida de Rembrandt, entre la fama y la fortuna, la adversidad y la ruina familiar, legó al mundo una obra que es considerada por muchos como la interpretación más profunda de las emociones humanas.
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