Diploma otorgado en 1944 a la
abogada Gabriela Peláez Echeverri (1920-2010) cuando recibió su título de la Universidad
Nacional de Colombia. Peláez Echeverri, que llegó a ejercer como presidenta de
la Comisión Interamericana de Mujeres de la Organización de Estados Americanos
(OEA) en 1957, destacó la importancia de la educación femenina en su tesis,
denominada La condición social de la
mujer en Colombia. El diploma evidencia algunos de los alcances de las
reformas al sistema educativo nacional en la primera mitad del siglo XX. En lo
referente a la educación de la mujer, un hito importante fue la fundación del
Instituto Pedagógico Nacional de Bogotá en 1928, que funcionaba a manera de una
escuela normal femenina. En 1933 se creó la Facultad de Educación, que devino en
la Escuela Normal Superior en 1936, establecimiento mixto desde su fundación. Así
mismo, mediante el Decreto 227 de 1933 se otorgó a las mujeres el derecho a
cursar el bachillerato completo, lo
que posibilitó su ingreso a la universidad. Esta disposición se consolidó en
1936 con la promulgación de la Ley 32, que prohibía la discriminación por sexo,
raza o religión al momento de ingresar a las instituciones pedagógicas.
Las reformas que permitieron el
acceso de las mujeres a la educación se produjeron en un marco más amplio de
transformación del sistema pedagógico colombiano. La educación fue un elemento
clave en los debates que opusieron al conservatismo y al liberalismo, las dos
fuerzas que dominaron el panorama político colombiano hasta finales del siglo
XX. Sin embargo, a pesar de la trascendencia del debate sobre la educación
durante el siglo XIX, el alcance real del aparato educativo nacional fue muy
limitado. Hacia 1900, el 66% de la población colombiana era analfabeta, una de
las cifras más altas en América Latina y que sextuplicaba el porcentaje de los habitantes
de los Estados Unidos de América que no sabían leer y escribir en 1891.
Durante la primera mitad del
siglo XX la expansión del sistema de educación nacional fue relativamente
lenta, pues los indicadores de cobertura educativa sólo empezaron a crecer en
forma acelerada en la segunda mitad de la centuria. Empero, en este periodo se
produjeron transformaciones significativas que posibilitaron el acceso a la
educación de poblaciones para las que hasta ese entonces era inaccesible,
incluyendo a las mujeres. En términos cuantitativos, esto se puede comprobar en
la comparación del porcentaje de la población de edad escolar que estaba
escolarizada en 1918, el 30 %, y en 1958, alrededor del 50 %. De igual manera,
si en 1905 el 63 % de la población era analfabeta, en 1951 este porcentaje se
había reducido al 42,5 %. Durante estos cincuenta años, la evolución de las
políticas educativas estuvo estrechamente relacionada con el devenir político
nacional. Debido a lo cual es posible diferenciar los modelos implementados
durante la Hegemonía conservadora (1900-1930), la República Liberal (1930-1946)
y el periodo de dominio conservador y militar anterior al establecimiento del
Frente Nacional (1946-1958).
Durante el primer periodo, el
sistema educativo fue fundamentado en la Ley 39 de octubre de 1903 y el
reglamento 491 de 1904. Allí se estableció que la educación debía tener una
orientación práctica en la primaria y
la secundaria, y clásica en los
estudios superiores. Fueron notables las diferencias entre las escuelas
primarias urbanas y las rurales: las primeras tenían un programa de seis años y
las segundas uno de tres, en el que se enseñaban muchos menos contenidos. En
esta época, las congregaciones religiosas desempeñaron un papel muy importante
en el sistema educativo, que por lo demás se caracterizaba por un fuerte
contenido moral y religioso. Las necesidades de la naciente industria nacional condujeron
a que se produjera un incipiente desarrollo de la educación técnica y se
mantuvo la dispersión y el desmembramiento de la Universidad Nacional, vigentes
desde el periodo de la Regeneración (1880-1900). En la década de 1920
intelectuales de ambos partidos comenzaron a reclamar una reforma educativa,
que se plasmaría en el siguiente decenio.
Durante la República Liberal se
llevaron a cabo notables reformas educativas, particularmente durante el primer
gobierno de Alfonso López Pumarejo (1934-1938), incluyendo la mayoría de las
mencionadas que afectaron la educación femenina. Así mismo, se aumentó el
presupuesto del Ministerio de Educación. En lo referido a la educación primaria,
se implementaron campañas para mejorar las condiciones higiénicas y
alimentarias de sus alumnos y en 1932 se expidió el Decreto 1487, por medio del
cual se procuró eliminar las diferencias entre las escuelas rurales y las
urbanas. También se realizaron campañas de alfabetización, en las que se
involucraron instituciones educativas privadas y otras, como los sindicatos. La
educación secundaria fue objeto de debate entre aquellos que sostenían que
debía modernizarse haciéndose más práctica y quienes afirmaban que debía
mantener su carácter de formación general. Se reforzó a la Universidad Nacional
con la Ley 68 de 1935, la cual integró las facultades en una sola institución,
a la que le concedió un alto grado de autonomía. El establecimiento de la ya
mencionada Escuela Normal Superior renovó la enseñanza de las ciencias
naturales y humanas en Colombia. En esta época se buscó la ampliación del
alcance del sistema educativo: se trató de escolarizar a las poblaciones de
territorios periféricos, se llevó a cabo el Programa de Cultura Aldeana –con el
que se propuso mejorar las condiciones del campesinado– y se le dio acceso a la
mujer a todos los niveles educativos.
El impulso de reforma de los
gobiernos liberales no se tradujo en todos los resultados esperados, ya que sus
efectos fueron inferiores a las ambiciones de quienes los proyectaron. La
llegada de los conservadores al poder no afectó inmediatamente al sistema
educativo. Sólo después del 9 de abril de 1948 se comenzaron a efectuar cambios
considerables, frenándose –y en ciertos casos revirtiéndose– las reformas
liberales. Por ejemplo, en 1949 se prohibió la educación mixta. En esta época
se impulsó la educación técnica con la fundación de: el Departamento de
Enseñanza Técnica en 1948, el Instituto Colombiano de Especialización Técnica
en el Exterior (Icetex) en 1950 y el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA) en
1957. Vale la pena destacar el papel de Acción Cultural Popular (ACPO), entidad
que inició sus actividades a finales de los años cuarenta y desarrolló un
programa de enorme alcance de educación no formal para las poblaciones
campesinas. Sin embargo, a pesar del viraje ideológico del gobierno, entre 1945
y 1957 se produjo un avance importante en la oferta educativa, sobre todo en el
sector privado.
Foto Press
Profesores
y estudiantes de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad
Nacional de Colombia: Luis Felipe de la Torre, Antonio García, Germán
Arciniegas, Gabriela Peláez Echeverri, alguien sin identificar, Jorge Soto del
Corral y Gustavo Orjuela Hidalgo
29.10.1944
Copia en gelatina (emulsión fotográfica/papel)
8,2 × 11,7 cm
Número de registro 5849
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